El campeón no juega amistosos, defiende la corona, con o sin puntos de por medio, con o sin tratados internacionales de cooperación por firmar.
El vecino fue un macho ibérico rápido, enérgico, duro, con oficio, picado y con picante. Lo que nos temíamos. Y nos atropelló como no recordábamos, entre olés, que en fútbol es música de baile.
"A la contra, con velocidad y oficio, nos sacó de pista. No lo arreglaron ni Torres, ni Cesc, ni Llorente ni el Brasil del 70 si Del Bosque lo hubiera tenido a mano. Cada gol fue un latigazo a un grupo en desbandada, sin orden ni espíritu. Un lazo horrible para el año de nuestra vida."
quinta-feira, 18 de novembro de 2010
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